sábado, 20 de octubre de 2012

CONCLUSIONES


CONCLUSIONES





El objetivo final de éste libro, ha sido  intentar ofrecer la visión de una faceta importante de la Antropología Cultural y de la Medicina: la Folkmedicina de un área cultural  a la que convencionalmente he llamado, Almería(8.779 Km.), que ocupa parte del Sudeste español, en Andalucía Oriental  y en el Mediterráneo Occidental y durante el siglo XX.
           
ESPERANDO LA CONSULTA
Son misiones del investigador sobre Medicina Popular: averiguar la variedad de criterios y las causas, culturalmente definidas de las enfermedades: entender el concepto que se tiene y el modo de conducirse ante ellas y estudiar, como afirma Lisón  Tolosana, la serie de responsabilidades atribuibles a las tensiones ordinarias e interpersonales, y los conflictos inter e intrafamiliares entre raleas, grupos y categorías (familias, bandas y clases sociales). Porque cuanto mayor sea el número de tales tensiones, más  proyecciones y desplazamientos —más  etiología y terapéutica mística- pueden esperarse al respecto. Cuanta más persistencia folklórica y creencial se constate en un grupo humano, más  rico será  éste en temas de Medicina Popular.
           

¿Pero, es este modelo unitario de una entidad, aplicable diacrónica o transculturalmente a la patología a que el médico ha de enfrentarse diariamente y durante años en un área de trabajo reducida y delimitada por una peculiaridad cultural distinta en mucho a otras incluso de su misma nación?, expresado de otra forma:¿Puede el médico experimentado en la más variada patología, clasificar, tratar de un modo serialista y clasificar todas las enfermedades sin tener en cuenta el método (holistico, referido a la antropología) que estudia al hombre como un conjunto —y a la enfermedad en su conjunto— en sus múltiples dimensiones, propiedades o rúbricas, proporcionadas por las peculiaridades del entorno físico o cultural que los rodea?. La razón de ser de la Folkmedicina, y de la Medicina Popular como partes de la Etnomedicina, es buscar un punto de conexión entre el  método serialista y la estrategia holística. Para el avance del conocimiento de la enfermedad es imprescindible, un previo avance bifronte, recíprocamente fertilizante, entre la medicina científica y la Folkmedicina. Y además la implicación o complicidad del mismo profesional de la medicina en el conocimiento cultural del medio que ayudaría a un discernimiento más empático y por ende más eficaz. Los defectos culturales de una zona son suplidos por la adaptación de la medicina científica a la popular pero solo si esta se conoce suficientemente. Yo he sido considerado como buen profesional  por mis pacientes y por el pueblo en general, en parte porque conozco muy bien la cultura del medio donde ejerzo. Y no pocas veces me he ido al terreno del enfermo en sus concepciones de la enfermedad para ayudarlo y comprenderlo mejor.

La conclusión es: para estudiar la Medicina Popular en Almería, he tenido que estudiar en parte  su historia global (prehistoria, época árabe, época Moderna...) su historia de la Medicina, su  geografía general, etc. Y he acabado concluyendo que hay persistencias “Neolíticas” que con la base de la Medicina Popular Almeriense. Esto, hoy por hoy es para mí más  que una conclusión, una abstracción. ¿Que yo solo comprendo? y que quizás no haya sabido o podido expresar a lo largo de ésta obra.
Para quien intente desterrar las prácticas de Folkmedicina o desprenderlas de su contexto intimo de una forma drástica, habría que advertir, que tales medidas podrían revertir en un mayor arraigo de estos procedimientos y en su modificación reactiva contra la medicina científica, cada día más deshumanizada.

Quiero matizar  que el conocimiento del concepto, fines e importancia de la Etnomedicina, Folkmedicina y de la Medicina Popular, son  un poderoso auxiliar:

       a) Para el estudio de la enfermedad concebida como una fusión de problemas puramente biológicos, con una serie de tensiones socioculturales de diversa índole.
            b) Para la buena comprensión de que toda cultura —seleccionando formas de comportamiento emanadas de su folklore y  tiende a construir un gran aparato, dirigido  a solucionar problemas humanos incidiendo realmente sobre la enfermedad en sí “en este momento” y “aquí”. 
            c) Para lograr un estado sanitario adecuado dentro de una comunidad.

Es también  necesario e importante el estudio de estas disciplinas   para lograr una situación sanitaria correcta, porque las pautas peculiares de conducta (de origen cultural) de un pueblo inciden de algún modo sobre las formas de concebirse y aparecer la enfermedad al exterior. Y que al preocuparse por parte del médico, por  conocer las raíces y procedimientos consuetudinarios que influyen en la patología de una zona cultural determinada, puede dar luz al no experimentado o al médico foráneo, sobre el porqué a veces, se ha podido reaccionar ante una situación no comprendida, de un modo más o menos extraño y en una determinada área de salud. Conociendo esto, resulta posible   comprender la situación sanitaria y reformarla, con mayores fundamentos, si es posible, ya que la medicina popular es un modo de actividad  poco nociva, establecida, dentro del seno del total de la sociedad moderna o  aislable, pero tal vez no marginable, ni despreciable, pues el total  es al fin toda clase de  Medicina.

No me he podido desprender, como otros autores afirman haberlo hecho (Ferrándiz Araujo (1974), p. 31) del “ánimo de interpretación de lo observado, pues yo creo que en ello reside algo de lo interesante de éste ensayo desde el punto de vista intelectual sobre todo en las interpretaciones históricas y de persistencia de medicinas populares  antiguas, interpretaciones que considero oportunas y fundamentales  para la mejor comprensión de lo recogido y para una conclusión estructural del tema, pues lo concreto habría que recogerlo otra vez cada año o cada década. Así, me adelanto al futuro y aclaro el presente, con la especulación en el pasado. Lo que no debe hacerse, son interpretaciones gratuitas, o con afán de “superioridad”, o hacer descripciones ridiculizantes.

Las creencias tradicionales puede pensarse no perviven en una sociedad tan moderna como la nuestra, con un alto nivel de educación si lo comparamos con décadas o siglos anteriores .Marginalmente a que la provincia objeto de estudio fue una de las de mayor índice  de analfabetismo  a mediados del siglo XX, indudablemente persisten éstas creencias  mitigadas en los detalles. Son  las esencias de la Medicina Popular que se transmiten inevitablemente y que modifican conceptos, hasta en los intentos de actuación sobre educación sanitaria  de la Televisión, los  artículos sobre “salud”en prensa, folletos del SAS, campañas sanitarias  etc.

Los límites geográficos, confieren a Almería un  marcado carácter: paisaje desolado, casi desértico, limitados recursos agrícolas, antiguo  carácter regresivo de su población...éste medio natural es donde la acción del hombre construye su cultura, utiliza sus elementos, los adapta a fin que le sean útiles para sus fines. El medio natural especial en Almería es un fuerte condicionamiento de la Etnomedicina. El conocimiento de ésta  disciplina, nos ayuda a comprender, cómo ha respondido el “grupo almeriense” durante el último tercio del siglo XX, en su necesidad de satisfacer sus exigencias (universales) en recobrar el problema existencial que la enfermedad conlleva, por la convicción de que la Medicina moderna “sabe más”. Al mismo tiempo, constato la existencia  de tales creencias ancestrales que tardarán, tal vez,  siglos en desaparecer. El estado de la Medicina popular en este período (l.976—2008) y en esta área, la actual provincia de Almería ha ido cambiando y ofrece conclusiones sobre su estado que dependen del grado en que los miembros del  grupo estudiado también cambien culturalmente.

La  realidad es - y esto es lo que he pretendido reflejar en este estudio- que subsisten perpetuadas muchas prácticas folkmédicas bien en activo, bien en la memoria “como cosa de viejos”. La “Folkmedicina Moderna”, por tanto puede considerarse “una versión filtrada de la Medicina científica especializada” (Coe) y refleja entre otras cosas “la consideraciones  que el profano conceda a la Medicina profesional” concepto aplicable quizás a áreas de muy alta educación, pero que en el caso del área estudiada y por sus condicionamientos especiales, coexiste también con la Folkmedicina “antigua”.
           
Interesa también este estudio, porque según Coe: “el nivel de nuestra asistencia médica viene determinado en primer lugar por el tipo de Folkmedicina que practicamos”. Nuestros auto-tratamientos o decisiones de consultar al médico se basan en la Folkmedicina que conocemos. Las practicas de Medicina popular, se diferencian en muy poco de las actividades y comportamientos adoptados sobre otros aspectos de la vida cotidiana, como la religión, las creencias estéticas o el trabajo cotidiano. Sería difícil deslindar practicas que comúnmente son consideradas como científicas, como tomar una aspirina para un dolor de cabeza, que no es nada más que una forma de de terapia popular, que trata el síntoma, sin averiguar la etiología de la cefalea, como erradicar prácticas  populares pseudo científicas o científicas.

No estudia la Folkmedicina, la moda de la vuelta a la Naturaleza (naturismo, ecologismo...), sino la persistencia arraigada esencialmente en la cultura almeriense; “el modo de ser” del almeriense frente a la enfermedad desde la prehistoria a nuestros días.

Y esta provincia en particular, se caracteriza por sobrevivir en ella elementos de cultura popular de raíces muy profundas, conservados en su “forma cultural de ser” de un modo heredado e inconsciente de las culturas argáricas, griegas o árabes.















































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